Viena implementará un ambicioso proyecto para construir un depósito de agua potable con capacidad de un millón de metros cúbicos, buscando asegurar el suministro en un contexto de cambio climático.
Viena se posiciona como un modelo a seguir en la creación de viviendas asequibles, contrastando con la creciente crisis de alquiler en otras capitales europeas.