La presunción de inocencia es vital en el ámbito laboral, garantizando que los trabajadores no sean considerados culpables sin un debido proceso, lo que refuerza la justicia y la equidad en el trabajo.
La discusión sobre la justicia y la protección de las víctimas se intensifica en medio de escándalos de violencia sexual, resaltando la necesidad de un equilibrio entre los derechos de las víctimas y la presunción de inocencia.
El proyecto de arresto domiciliario impulsado por Barriga-Polizzi es visto como un riesgo a la presunción de inocencia, generando críticas desde el ámbito académico.