A pesar de alcanzar un máximo histórico del 52,6% en participación laboral femenina, este crecimiento se ve afectado por la alta informalidad en el empleo.
Un reciente análisis revela que Aysén es la región con la menor brecha de género en participación laboral, mientras que Coquimbo presenta la mayor diferencia, evidenciando disparidades significativas en el mercado laboral chileno.