Cientos de sirios refugiados en Estambul se unieron en celebración tras la caída del régimen de Bashar al Asad, simbolizando un nuevo amanecer para su país.
Los rebeldes islamistas han tomado el control de Damasco, marcando un cambio drástico en la política siria y desestabilizando la influencia de potencias como Rusia e Irán en la región.